miércoles, 16 de julio de 2008

Cositas chiquitas

El té está un poco frío. Los amaretis, húmedos. Quizá el vapor del té se metió entre los amaretis. Seguramente el mozo trajo el contenedor de amaretis sobre la taza de té. Pero si hubiera sido así, el té no se hubiera enfriado. A no ser que el recipiente amaretesco haya tenido un agujerito. Ahí sí. El vapor del té se metió entre los amaretis, ablandándolos, haciéndolos gomozos, casi como el chicle pegado debajo de esta mesa.

Los hombrecitos de porcelana miran al contenedor de amaretis. Preferirían ser su sostén, en lugar de estar soportando todo el peso de las botellas de Valmount. Sus sonrisas terminan en mejillas gordas y rozagantes. Quizá las botellas de vino también tienen agujeritos que permiten a los hombrecitos de porcelana hacer de su oficio un jolgorio.

-¿Un cenicero? pregunta el mozo, mientras sin esperar respuesta se acerca a la mesa contigua para interrumpir sus besos. Ella, rubia. Él, también. Parecen primos. ¿Tendrá un agujerito el cenicero? A lo mejor el mozo usa los chicles gomozos pegados bajo las mesas para disfrazar los agujeros ceniceriles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola amiga, aca leti dejando una reseña para comprobar que si entre y que soy mejor amiga que vos por hacerme el tiempo para escribir, ajajaja, viste? no sos la unica vanidosa, jua, y ademas escribo para seguir apoyando tu escritura, como siempre, sabes que soy tu fan
jua, besos
let