miércoles, 17 de diciembre de 2008

Fragmento

Todo amor tiene su instante inaugural, su big bang privado, pero que es por definición un comienzo perdido, del que los amantes , por perspicaces que sean, nunca son contemporáneos. No hay amante que no sea en verdad el heredero tardío de un instante de amor que nunca verá, atrapado como quedó, y para siempre en la oscuridad de su aparición. Sólo que ahora, con el discernimiento frenético de los que saben que están condenados, podía volver atrás y buscar esa señal original, tratar de identificarla o darse el lujo, incluso, de elegirla.

El pasado, A. Pauls.

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